TIPOS
Y PATOLOGÍAS
La audición es el único sentido del ser humano, que siempre está en funcionamiento, pues percibe los sonidos que nos rodean durante todo el día. Una reducción en la habilidad de oír se denomina pérdida auditiva.
La función más importante de nuestra audición es la de comunicarnos con otras personas. La dificultad para poder comunicarnos, puede provocar aislamiento, cansancio, e incluso, sentimiento de soledad. Por eso, es importante corregir la pérdida auditiva.
Una persona tiene pérdida auditiva cuando su rango de audición es menor que el de otra con audición normal. Según el grado de pérdida auditiva, es posible que la persona no pueda oír parte de la señal sonora del habla, lo que se denomina técnicamente ‘reducción de la inteligibilidad’. Una pérdida auditiva puede ocurrir bruscamente, o se puede desarrollar gradualmente durante un período de tiempo.
Según el lugar del oído en el que se encuentre la afección, las pérdidas auditivas se dividen en varios tipos pero los podemos agrupar fundamentalmente en dos categorías: conductivas y neurosensoriales.
PERDIDA
CONDUCTIVA
Las pérdida auditiva conductiva está causada, por la existencia un factor que bloquea el paso del sonido, lo que impide que las ondas sonoras lleguen al oído interno. Son aquellas en las que la lesión se localiza en el oído externo o en el oído medio (pabellón auricular,canal auditivo, tímpano, cavidad del oído medio, cadena osícular o Trompa de Eustaquio) y generalmente suelen producir una perdida auditiva leve o moderada. Este tipo de perdidas pueden influir de manera negativa en el desarrollo y adquisición del habla y lenguaje sobre todo en los niños.
Algunas de las causas de las pérdidas conductivas son las siguientes:
Malformaciones y Estenosis del Conducto Auditivo Externo
La estenosis del CAE es una disminución del tamaño natural de dicho conducto, y que provoca algunos trastornos como acumulación de cerumen y con menos frecuencia llega a provocar hipoacusia. La disminución del conducto hace que la simple observación con el otoscopio o cualquier manipulación del mismo, sea más dificultosa o a veces imposible.
Acumulación de cerumen
Las glándulas del canal auditivo producen cerumen continuamente. A veces, el cerumen se acumula en el canal auditivo y puede bloquearlo totalmente.Los tapones de cera pueden reducir la audición y ser molestos para la persona afectada, que deberá acudir a un profesional (otorrino o médico general), para que éste lo elimine.
Otitis media
La inflamación del oído medio es un problema común y puede ser aguda o crónica.
• Otitis media aguda normalmente se debe a una infección en la faringe, desde la cual se propagan las bacterias al oído medio a través de la trompa de Eustaquio. El moco causado por la infección causa el dolor de oídos, además de una pérdida auditiva conductiva pasajera. En este, se debe consultar a un otorrino y tratara la infección con antibióticos o haciendo una pequeña incisión en el tímpano para facilitar el drenaje del oído.
• Otitis media crónica es una infección persistente del oído medio, causada por una perforación permanente en el tímpano o por colesteatoma. La perforación del tímpano puede estar presente sin que haya ningún síntoma y no suele causar dolor, también debe ser tratada por un otorrino.
• Otitis media serosa es una acumulación de secreción en el oído medio y se puede desarrollar como causa de una otitis media aguda que no ha sido curada por completo, o de una disfunción de la trompa de Eustaquio, que no permite una ventilación suficiente del oído medio, lo que resulta en una reducción de la presión en el oído medio, que provoca una acumulación de secreción en dicha zona y, como consecuencia, una pérdida conductiva pasajera.
La otitis media serosa es más común en la infancia debido a la inmadurez de la trompa de Eustaquio. La otitis puede durar desde semanas a meses y, debido a que no suele causar dolor, los niños no se quejan de problemas en los oídos.
Puede tratarse médica o quirúrgicamente. Con frecuencia, la intervención quirúrgica conlleva la inserción de un pequeño tubo de ventilación (un drenaje-DTT) en el tímpano, para así poder restablecer y mantener una presión normal en el oído medio.
Colesteatoma
Como consecuencia de una otitis media crónica o de otro tipo, se puede desarrollar un colesteatoma. Un colesteatoma es una masa de células epiteliales, que tiene un comportamiento tumoral benigno que en una fase avanzada, puede generar graves riesgos para la salud, por lo tanto, el diagnóstico médico y su tratamiento quirúrgico es imprescindible.
Otoesclerosis
La otosclerosis es una enfermedad del oído medio, es una afección causada por el crecimiento óseo que tiene lugar alrededor del estribo (osificación o calcificación), y hace que los huesecillos se quedan fijados gradualmente, restando movilidad a la cadena osicular y dificultando la transmisión de las ondas sonoras desde el tímpano hasta el oído interno. Si el crecimiento óseo se extiende hasta la cóclea, la pérdida auditiva puede tener un elemento neurosensorial.
Con frecuencia, se puede mejorar la audición de una persona con otosclerosis mediante una intervención quirúrgica. El estribo osificado se sustituye por una prótesis para permitir que los huesecillos vuelvan a funcionar correctamente.
Si no es posible realizar esta intervención quirúrgica, se puede compensar la pérdida auditiva eficazmente con un audífono, debido a que el órgano de Corti situado en la cóclea funciona correctamente, por lo que sólo es cuestión de salvar la barrera de transmisión del sonido en su paso hacia la cóclea, en el oído interno.
PERDIDA NEUROSENSORIAL
La pérdida auditiva neurosensorial se debe a una afección en la cóclea o en el nervio auditivo.
Es permanente y generalmente, no es posible corregirla con un tratamiento médico o una intervención quirúrgica. La alternativa más adecuada es el uso de audífonos.
Es el tipo más común de pérdida auditiva y la causa más usual es el deterioro o daño de las células ciliadas, que transmiten el sonido al cerebro. En general, las células ciliadas externas suelen ser las primeras en sufrir daños, lo cual genera una reducción en la capacidad de distinguir los sonidos suaves y una menor habilidad para distinguir entre los sonidos del habla. Además, ciertos sonidos agudos desaparecen, cómo la alarma de un móvil, el timbre de una puerta o el canto de los pájaros, y resulta complicado distinguir la voz del ruido, parece que las personas murmullan.
Esta rotura puede tener lugar en cualquier momento de la vida y puede ser debido a:
Predisposición genética
Las pérdidas auditivas hereditarias se deben a factores genéticos aunque no tienen porque estar presentes en uno de los padres. Pueden estar presentes al nacer al nacer el niño o se pueden desarrollar más tarde, durante la infancia o la vida adulta.
Una característica es que puede registrarse en las frecuencias bajas, medias o altas. Y normalmente, son progresivas, por lo que se requiere que los audífonos proporcionen una amplificación cada vez mayor a medida que pasa el tiempo.
Pérdida auditiva congénita o causada durante el parto
En algunos casos, la persona sufre una pérdida auditiva desde su nacimiento. Este tipo de pérdida auditiva se denomina congénita y puede ser conductiva y/o neurosensorial. Se puede deber a circunstancias especiales durante el embarazo o el parto.
Otro factor que puede causar estas pérdidas, son las infecciones durante el embarazo. La rubéola es una causa común de pérdida auditiva congénita, en los países en los que se han introducido vacunas contra esta enfermedad y otras enfermedades víricas, se ha reducido drásticamente la frecuencia de este tipo de pérdida auditiva. Otros tipos de agentes contagiosos comunes incluyen la toxoplasmosis, el citomegalo-virus, el herpes simple y la sífilis.
Las pérdidas auditivas también pueden estar asociadas con complicaciones durante el parto, como la septicemia o por ejemplo en conexión con un peso bajo al nacer o la falta de oxígeno. En casos severos, la ictericia, común en bebés recién nacidos, puede estar en conexión con una pérdida auditiva.
Los bebés recién nacidos, sobre todo los bebés prematuros, son propensos a infecciones, como por ejemplo la neumonía. Otra infección seria que, con frecuencia, resulta en una pérdida auditiva neurosensorial en los bebés recién nacidos, es la meningitis.
Exposición al ruido o a sonidos muy intensos
Estamos expuestos continuamente a sonidos, tanto en el trabajo como fuera de éste, muchos de estos se pueden considerar ruido, lo cual con frecuencia es molesto y agotador. Una exposición excesiva al ruido puede causar pérdidas auditivas.
El trauma acústico puede ocurrir súbitamente, como resultado de una exposición a un sonido pasajero de intensidad alta. Este ruido puede estar generado por ejemplo, por fuegos artificiales o armas de fuego, que pueden causar una onda expansiva de duración breve pero muy intensa.
La onda expansiva afecta a las células ciliadas de la cóclea, provocando una pérdida auditiva aguda que, con frecuencia, está acompañada por mareos y sonidos en los oídos. Normalmente, la pérdida auditiva es pasajera y mejora en los días siguientes a la exposición al ruido. Sin embargo, no siempre se restablece una audición normal.
El trauma acústico puede también ocurrir después de una exposición al ruido durante un tiempo prolongado, como por ejemplo, cuando una persona trabaja en un ambiente ruidoso o es músico profesional.
Debido a esta exposición al ruido, la sensibilidad auditiva se puede ver reducida temporalmente. Si tiene lugar varias veces, puede acabar siendo permanente. De ser así, las células ciliadas del oído interno pueden haber sufrido daños que no pueden ser compensados por su capacidad natural de regeneración.
La edad
Las pérdidas auditivas debidas a la edad se denominan presbiacusia. Es un tipo muy común y se debe al deterioro gradual debido a la edad que tiene lugar en la cóclea y las vías auditivas.
Normalmente, la presbiacusia empieza a desarrollarse aproximadamente a partir de los 60 años de edad. Se desarrolla simétricamente en ambos oídos y empieza afectando la sensibilidad auditiva en las frecuencias altas. Si una persona sufre pérdida auditiva desde una edad temprana, por ejemplo causada por el ruido al que ha estado expuesta en su vida laboral, esta pérdida será un componente adicional a la pérdida auditiva natural que es el resultado del envejecimiento del ser humano.
Además se puede ver reducida la habilidad de distinguir entre distintos sonidos del habla. Según la magnitud de los problemas de comunicación asociados a estas pérdidas, podría ser recomendable el uso de audífonos.
Es preferible que la persona hipoacúsica empiece a utilizar audífonos lo más pronto posible, ya que, con la edad, cada vez es más difícil física y psicológicamente acostumbrarse a llevar audífonos. Otro factor que contribuye al éxito es que la persona reconozca que tiene un problema auditivo y que necesita audífonos, antes de iniciar el proceso de adaptación.
Hipoacusia retrococlear
Causada por daños en las vías nerviosas entre la cóclea y la parte del cerebro que se encarga de la audición. Los daños pueden deberse a un tumor en el nervio auditivo, lo cual se denomina neurinoma acústico. Este tipo de tumor es benigno y se caracteriza por su crecimiento muy lento. Los primeros síntomas debidos a la presión del tumor en el nervio auditivo podrían ser una pérdida auditiva leve, una reducción en la habilidad de discriminación del habla y tinnitus, presionar el nervio facial que es paralelo al nervio auditivo, se puede producir parálisis facial.
Otros síntomas podrían ser mareos que se deben a que las fibras nerviosas del órgano de equilibrio están en conexión con el nervio auditivo. Si el tumor empieza a presionar el nervio facial que es paralelo al nervio auditivo, se puede producir parálisis facial.
El tumor es peligroso para la salud cuando crece de un modo excesivo y acaba aplicando presión en el cerebro. La extirpación quirúrgica del tumor puede conllevar el riesgo de que el paciente pierda la habilidad de oír en el lado afectado y en parálisis facial.
PERDIDA MIXTA
Es posible que usted tenga ambos tipos de pérdida. En este caso se denominan pérdidas mixtas. Las pérdidas mixtas se pueden corregir con el uso de un audífono.
OTROS
TIPOS DE PÉRDIDAS
Trastorno del proceso auditivo central
Esta afección se debe a una reducción en la habilidad de procesar señales sonoras en ciertas partes del sistema auditivo central, es decir en el tronco cerebral y en el propio cerebro.
La sensibilidad auditiva de las personas con un trastorno del proceso auditivo suele ser normal pero estas personas experimentan dificultades a la hora de percibir sonidos, entender el habla y oír en situaciones de escucha difíciles, como por ejemplo cuando hay ruido de fondo.
Entre otras manifestaciones está la dificultad de coordinar señales sonoras en ambos oídos, lo cual es importante para localizar las fuentes de sonido.
En niños, un trastorno del proceso auditivo puede estar causado por varios fenómenos anatómicos y/o fisiológicos localizados en varias partes del sistema auditivo.
Enfermedad de Ménière
La enfermedad se caracteriza por la sensación intermitente de vértigo, pérdida auditiva y tinnitus. Esta enfermedad fue descrita por primera vez en 1861 por el médico francés Prosper Ménière, afectado por la enfermedad.
Con frecuencia, un ataque de Ménière está acompañado de náuseas y vómitos y puede durar desde pocos minutos hasta varias horas. Los ataques pueden suceder con frecuencia, por ejemplo varias veces por semana, o pueden pasar varios meses entre los ataques.
El vértigo asociado con la enfermedad de Ménière es un tipo de mareo que da una sensación de movimiento giratorio o de desplazamiento. El ataque está acompañado de una pérdida auditiva en el oído afectado que normalmente se encuentra en la zona de baja frecuencia. Entre ataques, la habilidad de oír puede ser normal. Sin embargo, después de varios ataques, la pérdida auditiva es cada vez permanente y la habilidad de discriminación auditiva se deteriora.
Durante los últimos años se ha intensificado la investigación de la causa y del tratamiento posible de la enfermedad de Ménière. Una de las teorías aceptadas en el mundo científico indica que los ataques de Ménière están causados por una acumulación de líquido en la cóclea y el órgano de equilibrio.
Es posible tratar los síntomas de la enfermedad de Ménière con varios tipos de fármacos que pueden reducir la intensidad y la frecuencia de los ataques. En algunos casos, el tratamiento puede mejorar la acumulación de líquido en el oído.
Debido a la pérdida auditiva fluctuante y la percepción distorsionada del sonido, la adaptación de audífonos en una persona con la enfermedad de Ménière es un proceso difícil. El que el audífono cuente con un control de volumen es una ventaja, ya que éste permite al usuario ajustar el volumen a los cambios que se producen en su audición.
Ototoxicidad
Ciertos tipos de medicamentos son dañinos para la audición. Entre éstos están los medicamentos para el tratamiento del cáncer, ciertos tipos de antibióticos aminoglucósidos… Estos medicamentos, tienen un efecto tóxico en las células ciliadas de la cóclea y pueden causar pérdidas auditivas neurosensoriales. Con frecuencia, la pérdida auditiva es bilateral y se inicia en las frecuencias altas.
El grado de toxicidad depende de un número de factores, como por ejemplo la dosis, la edad del paciente y su estado de salud, la función de los riñones, etc.
Durante la fase de tratamiento, en la cual existe el riesgo de que se desarrolle una pérdida de este tipo, se harán pruebas de la audición del paciente con intervalos regulares, para detectar los signos iniciales de una pérdida auditiva ototóxica y tratar de evitarla.
Acufenos o tinnitus
Se puede describir el tinnitus como la sensación de que hay pitidos u otros sonidos en los oídos. El sonido, no existe fuera de los oídos y sólo lo puede percibir la persona afectada. El tinnitus no es una enfermedad, sino que con frecuencia es un síntoma de que la cóclea o el nervio auditivo han sufrido daños.
No se conoce de un modo exacto la causa del tinnitus. Las teorías actuales indican que es la ocurrencia espontánea de impulsos nerviosos en el nervio auditivo. La parte del cerebro que procesa la información auditiva registra estos impulsos nerviosos como sonido.
El tinnitus puede estar formado por varios tipos de sonidos, por ejemplo pitidos, zumbidos o clics constantes.
En la actualidad, no existe tratamiento médico o quirúrgico que pueda curar el tinnitus. Se calcula que aproximadamente un 10-15% de la población sufre tinnitus. A la mayoría de las personas que tienen tinnitus no les molesta el ruido en su vida cotidiana, sino que sólo lo registran en ambientes silenciosos. Sin embargo, para otras personas, el ruido causado por el tinnitus es tan molesto que acaba afectando su calidad de vida, en parte porque oyen el sonido continuamente o debido a las consecuencias psicológicas que tiene, como por ejemplo dificultades a la hora de concentrarse, dormir o ansiedad. En estos casos, puede ser necesario obtener ayuda profesional, como por ejemplo consultar a un psicólogo o hacer ejercicios de relajación.
Con frecuencia, las personas con pérdida auditiva también tienen tinnitus. El sonido producido por el tinnitus se suele encontrar en el rango de frecuencia en el que la persona tiene una pérdida de sensibilidad.
Muchos usuarios de audífonos experimentan un alivio mientras utilizan los audífonos, debido a que el sonido amplificado enmascara o tapa el sonido del tinnitus, permitiendo así a la persona concentrarse en los sonidos ambiente.